Este nuevo articulo del Profesor Castejon, nos describe y enseña como actúa la deshidratación en el caballo de Raid.
Nos aconseja y recuerda que ante los días con mucha humedad en el ambiente, hay que tener mucho cuidado con el esfuerzo que le pedimos a nuestras monturas.
Recuerdo un articulo leído a la Tri Campeona del Mundo Becky Hart, que su equipo se trasladaba a las competiciones y si la humedad relativa del aire y la temperatura no eran las apropiada para correr, no intentaban su participación en esa prueba, ya que la salud de sus caballos peligraba y aunque hubieran realizado el viaje, no competían.
Espero que este articulo del Profesor Castejon os sirva de guia para que vuestros caballos tengan unos buenos resultados en la competición, pero sin peligrar su salud.
Recuerdo un articulo leído a la Tri Campeona del Mundo Becky Hart, que su equipo se trasladaba a las competiciones y si la humedad relativa del aire y la temperatura no eran las apropiada para correr, no intentaban su participación en esa prueba, ya que la salud de sus caballos peligraba y aunque hubieran realizado el viaje, no competían.
Espero que este articulo del Profesor Castejon os sirva de guia para que vuestros caballos tengan unos buenos resultados en la competición, pero sin peligrar su salud.
"LA HIDRATACION DEL CABALLO DE RAID.
La mayor vía de dispersión de calor es la evaporación del sudor.
Un nivel de humedad alto disminuirá la evaporación de sudor, aun cuando el tiempo no sea caluroso.
Durante nuestra investigación, hemos documentado que las pérdidas significativas de agua y electrólitos se igualan en ambientes frescos a las producidas en épocas más calurosas porque el nivel de humedad es más alto en el primer caso. Con tiempo fresco, el caballo todavía genera cantidades grandes de calor, pero se reduce la dispersión debido a la alta humedad. El agua y pérdidas de electrolito pueden ser altas en entornos de alta humedad aun cuando la temperatura está alrededor de 21º.
El caballo no tiene tanta superficie corporal para disipar el calor como el humano. Tampoco podemos obligar al caballo a beber tanto como necesita para reemplazar las pérdidas de agua. De hecho, de todos los caballos que hemos incluido en nuestra investigación, NINGUNO ingería agua suficiente para reemplazar las pérdidas. La mayoría no reponían más de ½ o 2/3 de la pérdida de agua. Aunque esto no supone que el caballo requiera tratamiento veterinario, estas pérdidas llegan a unos niveles donde tanto la circulación como algunas funciones celulares se pueden ver afectadas. Esto impactaría de un modo claro sobre el rendimiento del caballo. Para el animal que está trabajando dentro de su capacidad, esto puede no tener una gran trascendencia, pero para el que lo está haciendo con mayor dureza puede suponer un problema a añadir a los que ya tenga por la propia carga de trabajo.
La reducción del agua compromete la circulación de la sangre y reduce su volumen dado que está compuesta principalmente por agua. Esto supone que hay menos sangre en el cuerpo disponible para poder llegar a todas las partes, por consiguiente, puede reducirse el volumen de sangre que llega a la piel y afectar a la dispersión del calor corporal. Además, también se reduce el flujo de sangre que llega a los músculos, lo que significa que la provisión de energía procedente de otras zonas se reduce por lo que los músculos empezarán a hacer uso de sus propias reservas de energía. Al tiempo, se reducirá los niveles de eliminación de calor y de otras sustancias tóxicas dentro del músculo. El flujo de sangre también puede reducirse en el tracto gastrointestinal de forma que los tiempos de absorción de agua, electrólitos y energía serán más lentos, prolongando los tiempos de recuperación y aumentando las posibilidades de problemas relacionados con el cólico.
El entrenamiento y la aclimatación del caballo a la temperatura ambiental son otros dos componentes muy importantes de la habilidad del caballo para competir en condiciones calurosas. Un caballo bien entrenado podrá resistir mejor el ejercicio en condiciones calurosas que uno que no esté entrenado. Sin embargo, esto no significa que el caballo vaya a rendir lo mismo bajo elevadas temperaturas y altos niveles de humedad. El rendimiento bajará. Por ejemplo, en comparación con los niveles de competición en condiciones ideales, el caballo sólo podrá alcanzar la mitad de su rendimiento en caso de fuerte calor y humedad. Aclimatando al caballo a los efectos de este tipo de clima, se mejorará su rendimiento pero nunca se alcanzarán los valores iniciales en condiciones óptimas. De hecho, cuanto mayor sea el tiempo de ejercicio, mayores serán las diferencias.
A menudo se escucha el comentario de que dado que no hace calor, no es necesario preocuparse por la temperatura del caballo. Sin embargo, algunos de los raids más problemáticos en este aspecto no son pruebas muy calurosas sino con unos niveles de humedad muy altos. En estos casos, la temperatura no tiene por que ser alta.
Esta puede estar rondando los 20º pero los niveles de humedad se acercan al 90%. Esto reduce la evaporación del sudor y es precisamente esta la que elimina el calor del cuerpo del caballo. Si el sudor no se evapora (por ejemplo, dejando el pelo seco debajo) entonces este no contribuye a la eliminación de calor.
Bien entrenados, los caballos motivados no siempre muestran signos de altos niveles de calor corporal, deshidratación o agotamiento de las reservas electrolíticas. Es después, cuando han descansado un poco y se han reducido los niveles de adrenalina derivados de la competición, cuando los problemas empiezan a aparecer y se pueden comenzar a ver las primeras señales clínicas. Además, cuanto más se ha reducido el volumen de sangre a un área determinada durante el esfuerzo, mayor probabilidad hay de que aparezcan problemas después.
Nosotros tenemos algunos veterinarios estupendos, bien formados y cuidadosos en este deporte. Sin embargo, ellos tienen sólo unas pocas herramientas para usar al examinar un caballo en un Vet-Gate y sólo unos minutos para cada caballo. De este modo, no se conocen todos los detalles sobre el caballo que se está examinando. Si pudieran hacer análisis de sangre y de peso de estos caballos cuando entran en los controles y cuando salen, entonces tendrían mucha más información y quizás menos caballos tendrían que ser tratados durante las pruebas.
Un retraso al buscar el tratamiento para un caballo con problemas puede suponer que estos empeoren de un modo importante. Es impresionante como un caballo mejorará ante un tratamiento eficaz que le permita reemplazar el agua, electrólitos y la energía perdida. Cuanto más tiempo pase el caballo (o el hombre) en una situación deficitaria respecto a estas variables y, mayor sea el nivel de agotamiento, mayor será la probabilidad de que aparezcan problemas de salud serios. A menudo, los caballos y los corredores de maratón humanos no pueden volver a alcanzar sus mejores marcas y niveles de rendimiento después de una agotadora competición o un golpe. Aunque clínicamente no haya ninguna causa que justifique esta disminución del rendimiento. Parece ser que las sendas químicas y el "termostato" del cuerpo no llegan a recuperarse del todo nunca. Es por lo que un tratamiento adecuado a tiempo es preferible que comprometer la salud del caballo y su rendimiento a largo plazo. Muchos veterinarios de raid, prefieren empezar el tratamiento rápidamente para impedir que los problemas puedan complicarse. Esta puede ser una razón por la que nosotros vemos más caballos tratados durante los raids.
El reemplazar el agua, los electrólitos y la energía de forma rápida eficaz por vía oral o intravenosa, puede representar una importante diferencia para la salud del caballo y puede evitar que aparezcan problemas más serios. Esto muestra un nivel alto de preocupación y profesionalismo por parte de los veterinarios. Pero esta también debe ser una lección para los jinetes que han exigido más a su caballo de lo que este podía darles con su nivel de entrenamiento.
Al refrescar, hay algunos métodos eficaces que pueden usarse para ayudar a reducir la temperatura del caballo. Antes de comentarlos, tenga presente que en carrera la temperatura del caballo tenderá siempre a subir. Cuanto más tiempo esté esa temperatura por encima de los niveles adecuados y mayor sea la diferencia entre la temperatura óptima y la real, existe mayor riesgo de que aparezcan problemas de agotamiento, golpes de calor, etc. Si nosotros no podemos ayudar a disipar el calor más rápidamente entre los controles veterinarios, entonces el caballo debe reducir su velocidad para no incrementar la producción de calor. Use cualquier oportunidad que tenga para ayudar a refrescar a su caballo entre los controles veterinarios.
Concéntrese en su cuello, pecho, los hombros, las extremidades (dentro y fuera) con aplicaciones REPETIDAS de agua. Continúe aplicando agua hasta que la que cae no esté caliente. Mantenga el caballo en movimiento para que la corriente de aire ayude a reducir la temperatura de modo que no se comprometa la circulación dentro y hacia los músculos.
Aunque ha habido siempre un cierto miedo a usar agua muy fría o helada sobre los grandes músculos del caballo, una investigación realizada en los Juegos olímpicos de Atlanta ha mostrado que esto no causa ningún problema a los caballos de competición. Aunque la aplicación de agua helada debe ser estudiada cuidadosamente para un caballo muy acalorado, normalmente no es necesaria para los caballos de raid adecuadamente preparados, si se proporciona agua repetidamente. No ponga toallas encima del cuello y de la cabeza ya que actúan como aislante. No tire el agua de golpe sobre el caballo ya que este método es ineficaz. El agua debe tener tiempo para cubrir la piel y para recoger el calor, entonces de que se escurra.
Suelte la cincha en cuanto usted pueda ya que esta restringe el flujo de sangre en la piel. Libere tanta superficie del caballo como sea posible para permitir que el aire circule. Considere el esquilar el pelo a lo largo del cuello, pecho y extremidades anteriores. Esto es especialmente importante si el caballo ha empezado a desarrollar su pelo de invierno, ya que el sudor se acumula debajo del pelo y actúa como aislamiento.
Si su caballo no está comiendo ni bebiendo bien y tarda más tiempo del habitual en recuperarse en los controles veterinarios, entonces probablemente necesite algún tiempo para refrescarse, restaurar el flujo de sangre al intestino y relajarse antes de que el intestino pueda empezar a trabajar para absorber agua, electrólitos y energía más eficazmente. Los descansos más largos permiten al caballo reemplazar las pérdidas de sudor y recobrar la energía.
Para muchos caballos, esta estrategia (correr más al principio del raid para permitir al caballo comer y beber) se paga después. Los caballos muy grandes con una gran masa muscular experimentan unas mayores pérdidas que les obligarán a reducir su velocidad en carrera si estas no se reemplazan rápidamente y se restaura el equilibrio electrolítico y del agua. Al administrar los electrólitos, tenga en cuenta que estos deben compensar la próxima hora de pérdidas de sudor, no ponerse al día en lo que ya se ha perdido en la última vuelta. Intentar ponerse al día mientras todavía dura ejercicio es muy difícil de conseguir ya que el intestino no está funcionando a sus niveles óptimos y necesita más tiempo. Sea creativo para proporcionar tanta agua a su caballo como pueda, agregándola a las raciones, empapando el heno, empapando la pulpa de la remolacha, etc. Piense que hay muchos más caballos "infrahidratados" que con mayores niveles de electrolitos de los necesarios (pero esto es otra tesis completa).
También vale la pena parar y verificar sus propios niveles de hidratación. Una pérdida de sudor que tan pequeño como el 3% de la masa del cuerpo puede producir un deterioro cognoscitivo, es decir, si usted realiza una simple prueba matemática con un nivel de deshidratación de aproximadamente el 3%, usted sacará una peor nota que si lo hubiera realizado perfectamente hidratado. Por consiguiente, es posible, que debido al deterioro cognoscitivo inducido por la deshidratación, algunos jinetes puedan no apreciar las señales que el caballo nos proporciona.
Las pérdidas de fluidos en el jinete pueden ser de 1 a 2 litros por hora, dependiendo de las condiciones. Ya que nosotros mostramos un gran interés por el color de la orina del caballo (cuanto más oscuro es la tonalidad del amarillo, mayor es la deshidratación), puede ser aconsejable para el jinete mostrar la misma preocupación hacia si mismo."
Saludos de Gabriel.
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