Ayer prometíamos un articulo sobre el peligro de los incendio en el campo, y como solucionar un problema tan grave, como es el peligro de quemarnos y que se queme nuestra montura, ante el mal encuentro con un frente de fuego destructivo y que nos sorprenda en medio del campo.
Cuando salimos a entrenar por esos campos de Dios, y ante tantos kilómetros a recorrer, nos podríamos encontrar metidos en un fuego, que nos podría rodear y complicarnos nuestra supervivencia y el de nuestro amigo y compañero el caballo.
Los caballistas cuando salimos al campo, al menos antiguamente se hacia, siempre llevamos en nuestros bolsillos, una navaja y un mechero.
La navaja en el bolsillo es de lo más practico ante una situación de emergencia, bien de tener que cortar un ronzal que se ha anudado y puede ahogar a nuestro caballo, las bridas enredadas y que nos han atrapado una mano ó una pierna, que nos podrían arrastrar, así como mil circunstancias extremas, que con un buen corte a tiempo, solucionan el que podría ser de mal pronostico.
Lo del mechero ya lo iremos desarrollando a lo largo del articulo, ya que es lo fundamental de este articulo.
El fuego en el campo, siempre ha sido un aliado del agricultor y del ganadero, los agricultores, después de segar, recoger y transportar los cereales a la era, para su trillado y recolección, y una vez aprovechado los rastrojos por los animales, que limpian de espigas caídas y de las hierbas verdes que salen después de la siega, son rodeado por un cortafuego y se le prendía fuego, preparando la tierra para la siguiente cosecha.
Los ganaderos empleaban el fuego para limpiar los campos y así conseguir más comida para su ganado, ya que después de un fuego la hierba brota con más salud y energía.
En definitiva el fuego siempre ha sido un aliado del hombre del campo y casi nunca se escapaba un fuego fuera de los limites deseados, pero si se escapaba una punta de fuego, rápidamente se volvía a hacer otro cortafuego, un poco más alejado y no se producían las catástrofes que en la actualidad tenemos en nuestros campos.
En estos tiempos actuales, con tanta tecnologías, ordenadores, tractores grúas, técnico agrícola, técnico forestal, etc, etc, y mucho dinero de por medio, los fuegos duran, duran y duran, como dice el anuncio de unas famosas pilas.
Pero el resultado a tanta tecnología, es la perdida de muchas hectáreas de campo, con lo que esta perdida supone para la regeneración de este medio ambiente.
Antiguamente los agricultores y ganaderos, tenían una técnica ante los fuegos que se escapaban, que el resultado era que se quemaba un poco más, pero no se descontrolaba como hoy en día se descontrolan.
¿Como controlaban estos fuegos escapados de sus limites?, pues era y es muy sencillo, solo bastaba con buscar un camino, una carretera, un cortafuego más alejado ó un lugar donde se pudiera trabajar con el fuego, es decir el fuego se controla con fuego, esto en la actualidad está, por lo visto, prohibido.
La opción de controlar este fuego escapado de su limites programados, es el quemar los limites de ese camino, cortafuego, carretera o el sitio escogido como más idóneo, se le prende fuego hacia el origen del fuego madre, en contra del viento y dirigiendo lo quemado, de manera que cuando llegue a esta zona el fuego destructor, no encuentra nada que quemar, ya que nosotros ya lo hemos quemado, y por falta de material combustible, se apaga solo.
Pues este mismo mecanismo es el que aplicaríamos, si un día nos encontráramos con un fuego que nos rodea y en el que peligrara nuestra vida y la de nuestro caballo. Para ello es lo de llevar un mechero, no para encender un cigarrillo, así que nos pondríamos en la zona más llana posible, fuera de arbolados, prenderíamos fuego en contra del viento y una vez quemada esa zona, nos adentramos en lo que hemos calcinado, así que cuando llegue el fuego no nos cogería nunca y así salvaríamos nuestra vida y la de nuestro caballo.
Otro consejo que quiero daros, si tenéis que huir por patas de vuestro caballo, para elejaros de un fuego, nunca buscar la salida hacia arriba, ni por barranqueras en subidas, ya que el fuego hacia arriba y por barranqueras en subidas, no corre, sino que vuela.
Espero que no tengáis que encontraros nunca en una de estas situaciones peligrosisimas, pero si así fuera, podéis recordar algunos de estos consejos, ya que podría salvaros vuestra vida y la de vuestro caballo.
Saludos calurosos de Gabriel.
Los caballistas cuando salimos al campo, al menos antiguamente se hacia, siempre llevamos en nuestros bolsillos, una navaja y un mechero.
La navaja en el bolsillo es de lo más practico ante una situación de emergencia, bien de tener que cortar un ronzal que se ha anudado y puede ahogar a nuestro caballo, las bridas enredadas y que nos han atrapado una mano ó una pierna, que nos podrían arrastrar, así como mil circunstancias extremas, que con un buen corte a tiempo, solucionan el que podría ser de mal pronostico.
Lo del mechero ya lo iremos desarrollando a lo largo del articulo, ya que es lo fundamental de este articulo.
El fuego en el campo, siempre ha sido un aliado del agricultor y del ganadero, los agricultores, después de segar, recoger y transportar los cereales a la era, para su trillado y recolección, y una vez aprovechado los rastrojos por los animales, que limpian de espigas caídas y de las hierbas verdes que salen después de la siega, son rodeado por un cortafuego y se le prendía fuego, preparando la tierra para la siguiente cosecha.
Los ganaderos empleaban el fuego para limpiar los campos y así conseguir más comida para su ganado, ya que después de un fuego la hierba brota con más salud y energía.
En definitiva el fuego siempre ha sido un aliado del hombre del campo y casi nunca se escapaba un fuego fuera de los limites deseados, pero si se escapaba una punta de fuego, rápidamente se volvía a hacer otro cortafuego, un poco más alejado y no se producían las catástrofes que en la actualidad tenemos en nuestros campos.
En estos tiempos actuales, con tanta tecnologías, ordenadores, tractores grúas, técnico agrícola, técnico forestal, etc, etc, y mucho dinero de por medio, los fuegos duran, duran y duran, como dice el anuncio de unas famosas pilas.
Pero el resultado a tanta tecnología, es la perdida de muchas hectáreas de campo, con lo que esta perdida supone para la regeneración de este medio ambiente.
Antiguamente los agricultores y ganaderos, tenían una técnica ante los fuegos que se escapaban, que el resultado era que se quemaba un poco más, pero no se descontrolaba como hoy en día se descontrolan.
¿Como controlaban estos fuegos escapados de sus limites?, pues era y es muy sencillo, solo bastaba con buscar un camino, una carretera, un cortafuego más alejado ó un lugar donde se pudiera trabajar con el fuego, es decir el fuego se controla con fuego, esto en la actualidad está, por lo visto, prohibido.
La opción de controlar este fuego escapado de su limites programados, es el quemar los limites de ese camino, cortafuego, carretera o el sitio escogido como más idóneo, se le prende fuego hacia el origen del fuego madre, en contra del viento y dirigiendo lo quemado, de manera que cuando llegue a esta zona el fuego destructor, no encuentra nada que quemar, ya que nosotros ya lo hemos quemado, y por falta de material combustible, se apaga solo.
Pues este mismo mecanismo es el que aplicaríamos, si un día nos encontráramos con un fuego que nos rodea y en el que peligrara nuestra vida y la de nuestro caballo. Para ello es lo de llevar un mechero, no para encender un cigarrillo, así que nos pondríamos en la zona más llana posible, fuera de arbolados, prenderíamos fuego en contra del viento y una vez quemada esa zona, nos adentramos en lo que hemos calcinado, así que cuando llegue el fuego no nos cogería nunca y así salvaríamos nuestra vida y la de nuestro caballo.
Otro consejo que quiero daros, si tenéis que huir por patas de vuestro caballo, para elejaros de un fuego, nunca buscar la salida hacia arriba, ni por barranqueras en subidas, ya que el fuego hacia arriba y por barranqueras en subidas, no corre, sino que vuela.
Espero que no tengáis que encontraros nunca en una de estas situaciones peligrosisimas, pero si así fuera, podéis recordar algunos de estos consejos, ya que podría salvaros vuestra vida y la de vuestro caballo.
Saludos calurosos de Gabriel.
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