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miércoles, 15 de junio de 2011

Mimetización de los perdigones.

En el entrenamiento de esta mañana, mientras trotábamos por un camino entre dos rastrojos de trigo, nos encontramos a lo lejos con un bando de perdigones, caminaba una perdiz con su prole, serian entre diez y quince pequeños perdigones, del tamaño de un gorrión pequeño.
Nos pusimos al paso, al distinguir que por el camino arenoso, caminaba tranquilamente una perdiz con sus pollitos, poco a poco nos acercábamos a ellos, disfrutando de su visión, hasta que el grupo emprendió un pequeño vuelo de no más de 50 metros, adentrandose en el rastrojo.
Acelere el paso para observarlos en el rastrojo, pero ante mi sorpresa, no vislumbre ni a un solo perdigón, patee por el rastrojo y nada, tienen un don especial de mimetizarse con el entorno, me figuro que se refugiarían debajo del reguero de paja que deja la cosechadora encima del rastrojo y que aun no ha sido empacada.
La naturaleza otorga a estos animales el don del ocultismo, ya que por su pequeño tamaño y sus escasas fuerzas de poder volar a mucha distancia, es la opción que tienen de salvar sus vidas y que se perpetue la especie.
Todos los días hay algo nuevo con que disfrutar del campo, no es una monotonía, ya que la naturaleza que nos acompaña en los entrenamientos, varía todos los días y siempre hay algo con que distraer la mente.
Día caluroso, el astro rey brilla en todo su esplendor, la boca se reseca y tenemos que poner en practica el truco de la acebuchina debajo de la lengua, para que rápidamente la boca vuelva a estar en perfectas condiciones de humedad agradable.
Que siga la naturaleza dejando que los animales se reproduzca, a pesar de que las carreteras, las urbanizaciones y los malos hábitos de los desalmados que ensucian el campo, pero a pesar de todo, seguimos viendo a estos perdigones sobrevivir en la naturaleza.
Saludos de Gabriel.

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