Hemos entrado en el Otoño meteorológico, y ese mismo día, parece que va ha empezar la "otoña".
Día lluvioso y ventoso, parecía que estábamos en Asturias, con el "orballeo", son cuatro gotitas muy finas, pero que calan.
Esta mañana el campo estaba húmedo, y una señal inequívoca de que lloverá más, es que los pajaros perdices han levantado el vuelo desde los olivos y según mi padre comentaba, cuando una perdiz está en el árbol, es señal de que va ha llover.
Mi padre, hombre de campo, todas estas anomalías las llevaba anotada en su mente, así como los doce primeros días de Agosto, anotaba cada día al amanecer y al atardecer, las variantes de nubes y alteraciones meteorológicas, que luego se reflejaban en los doce meses del año, las famosas predicciones de las cabañuelas.
En el campo nos encontramos con los recolectores de aceitunas, que están haciendo el verdeo, hombres de campo, que al darles los buenos días, se te abren como si los conocieras de toda la vida, hablando de caballos, de galgos y caballos, pero sin dejar de coger aceitunas.
Al manigero de la cuadrilla, con solo ayudarle a buscar un coche, cuyos ocupantes pretendía afanar aceitunas gordales, me abrió su corazón, que lo tenia compungido, ya que por problemas matrimoniales (la television envenena a las parientas y le dijo que se le había acabado el amor) lo habían detenido en su ciudad natal, hombre llano y muy preocupado de que le habían tomado las huellas en el cuartelillo, quedo libre pero humillado en su honor (fue falsamente acusado por su esposa).
Toda esta pequeña historia, solo pasa por ir montado a caballo, el campo sigue siendo tradicional y el caballo es signo de amistad y confianza, donde los hombres se te entregan sin conocerte de nada.
Este buen hombre está en libertad sin cargos,(al final fue una denuncia falsa, por problemas del desamor) dedicado a llevar una cuadrilla de jornaleros y en sus tiempos libres, a montar su yegua, para distraer la mente de su separación matrimonial.
Que la "otoña" siga mejorando a los agricultores, que tanta falta les hace el don de la lluvia, cuando viene bien llovida.
Saludos de Gabriel.
Día lluvioso y ventoso, parecía que estábamos en Asturias, con el "orballeo", son cuatro gotitas muy finas, pero que calan.
Esta mañana el campo estaba húmedo, y una señal inequívoca de que lloverá más, es que los pajaros perdices han levantado el vuelo desde los olivos y según mi padre comentaba, cuando una perdiz está en el árbol, es señal de que va ha llover.
Mi padre, hombre de campo, todas estas anomalías las llevaba anotada en su mente, así como los doce primeros días de Agosto, anotaba cada día al amanecer y al atardecer, las variantes de nubes y alteraciones meteorológicas, que luego se reflejaban en los doce meses del año, las famosas predicciones de las cabañuelas.
En el campo nos encontramos con los recolectores de aceitunas, que están haciendo el verdeo, hombres de campo, que al darles los buenos días, se te abren como si los conocieras de toda la vida, hablando de caballos, de galgos y caballos, pero sin dejar de coger aceitunas.
Al manigero de la cuadrilla, con solo ayudarle a buscar un coche, cuyos ocupantes pretendía afanar aceitunas gordales, me abrió su corazón, que lo tenia compungido, ya que por problemas matrimoniales (la television envenena a las parientas y le dijo que se le había acabado el amor) lo habían detenido en su ciudad natal, hombre llano y muy preocupado de que le habían tomado las huellas en el cuartelillo, quedo libre pero humillado en su honor (fue falsamente acusado por su esposa).
Toda esta pequeña historia, solo pasa por ir montado a caballo, el campo sigue siendo tradicional y el caballo es signo de amistad y confianza, donde los hombres se te entregan sin conocerte de nada.
Este buen hombre está en libertad sin cargos,(al final fue una denuncia falsa, por problemas del desamor) dedicado a llevar una cuadrilla de jornaleros y en sus tiempos libres, a montar su yegua, para distraer la mente de su separación matrimonial.
Que la "otoña" siga mejorando a los agricultores, que tanta falta les hace el don de la lluvia, cuando viene bien llovida.
Saludos de Gabriel.
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