En este invierno más seco de los que se recuerdan, unos dicen del siglo, aunque eso no es raro ya que el siglo es aun joven, pero lo cierto es que el campo canta a todo pulmón, que llora por todos sus poros y ruega a todos los Santos, que los rieguen las benditas lluvias.
Es una pena contemplar los campos resecos, los sembrados que no tiran, los arboles soñolientos y aburridos por esta larga y penosa sequía.
Los rebaños de ovejas que vemos por nuestra zona de entrenamiento, vagabundean por los pelados campos, ramoneando los olivos abandonados y que por esta zona, tanto abundan, ya que la venta de estos olivares, los han conducido a la miseria arbórea, los abusos de la corta de sus ramas, los reducen a los mamones de las madres del acebuche, en el que los olivos de esta zona están injertados.
Y todo esto de la sequía y de la enseñanza de caminar por el agua, viene a cuento, por seguramente el desagüe de una piscina ó una gran avería de alguna tubería.
El caso es que al salir de la cuadra, nos hemos encontrado con un gran charco de agua, charco que al ser nuevo y lejano en el recuerdo de otro igual, la yegua decía que no quería pasar por encima de este.
Y aquí esta la enseñanza del día de hoy. Hay que recordarle a los caballos las enseñanzas que hace tiempo que no se las recodábamos.
Al intentar que pasara por el agua, se resistió a entrar en el cálido elemento, pero con paciencia y tiempo, logramos que se adentrara en el gran charco, paramos en medio y acariciamos el buen hacer de nuestra yegua.
Después del paseo de hoy y al volver a pasar por la gran charca, quise hacerle un vídeo para que veáis como pasó, sin ningún problema el agua estancada.
Los caballos recuerdan las enseñanzas y solo hay que ponerle un poco de interés y ganas, para que cuando tengan que enfrentarse a estos problemas en las competiciones, no nos dejen en la estacada.
Saludos de Gabriel.
Los rebaños de ovejas que vemos por nuestra zona de entrenamiento, vagabundean por los pelados campos, ramoneando los olivos abandonados y que por esta zona, tanto abundan, ya que la venta de estos olivares, los han conducido a la miseria arbórea, los abusos de la corta de sus ramas, los reducen a los mamones de las madres del acebuche, en el que los olivos de esta zona están injertados.
Y todo esto de la sequía y de la enseñanza de caminar por el agua, viene a cuento, por seguramente el desagüe de una piscina ó una gran avería de alguna tubería.
El caso es que al salir de la cuadra, nos hemos encontrado con un gran charco de agua, charco que al ser nuevo y lejano en el recuerdo de otro igual, la yegua decía que no quería pasar por encima de este.
Y aquí esta la enseñanza del día de hoy. Hay que recordarle a los caballos las enseñanzas que hace tiempo que no se las recodábamos.
Al intentar que pasara por el agua, se resistió a entrar en el cálido elemento, pero con paciencia y tiempo, logramos que se adentrara en el gran charco, paramos en medio y acariciamos el buen hacer de nuestra yegua.
Después del paseo de hoy y al volver a pasar por la gran charca, quise hacerle un vídeo para que veáis como pasó, sin ningún problema el agua estancada.
Los caballos recuerdan las enseñanzas y solo hay que ponerle un poco de interés y ganas, para que cuando tengan que enfrentarse a estos problemas en las competiciones, no nos dejen en la estacada.
Saludos de Gabriel.
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