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jueves, 3 de junio de 2010

Disminución del rendimiento deportivo del caballo de deporte.(segunda parte)


Continuamos con el articulo de nuestro amigo Francisco Requena, sobre la disminución del rendimiento deportivo del caballo de deporte.
SEGUNDA PARTE:
EXAMEN FÍSICO
Haremos un examen físico a todos los animales tras la anamnesis para diagnosticar la patología que provoca la disminución del rendimiento. Para ello haremos un examen físico sistemático y preciso, en el que iremos explorando los diferentes sistemas y aparatos de forma gradual, de mayor a menor frecuencia de presentación de problemas. El examen físico lo dividiremos en dos fases. La primera fase la realizaremos con el animal en reposo y la segunda durante el ejercicio o después del mismo.

Examen físico en reposo:
Examen respiratorio: uno de los más frecuentes aparatos que se afectan y que tiene gran repercusión sobre el animal dada su importancia. Procederemos a realizar los métodos de exploración clásicos:
• inspección exhaustiva de ollares, buscando signos de descarga nasal, inspección en la estación de los movimientos respiratorios.
• palpación de la laringe, la atrofia de los músculos intrínsecos de la laringe nos puede indicar una hemiplejia laríngea.
• Auscultación del tórax: se debe observar cuidadosamente la dinámica respiratoria, para determinar alguna anormalidad o esfuerzo respiratorio extra. La auscultación debe englobar tanto a pulmones como a tráquea, en busca de estertores en tráquea y ruidos silbantes y/o estertores en pulmón.
• Percusión: la técnica más simple para detectar presencia de fluidos. En cuanto a pruebas complementarias, podremos realizar:
• Endoscopia: exploraremos cavidad nasal , área etmoidal, faringe, laringe y tráquea si lo consideramos necesario. Buscaremos presencia de cuerpos extraños, anormalidades anatómicas, signos de inflamación de las mucosas, restos de sangre, simetría y motilidad de la laringe, etc.
• Radiografía de tórax: para evidenciar áreas de distinta opacidad y presencia de líquido.
• Aspiración transtraqueal y lavado broncoalveolar: prueba de elección en procesos inflamatorios de vías bajas y útil en la hemorragia pulmonar inducida por el ejercicio. Consiste en hacer una citología de las secreciones respiratorias obteniendo como hallazgos más significativos: incremento de celularidad, sobretodo de neutrófilos en inflamación de vías bajas, presencia de hemosiderófagos (macrófagos cargados de hemosiderina) que es signo de HPIE (Hemorragia Pulmonar Inducida por el Ejercicio).
• Otros: ecografía, estudios de mecánica respiratoria, gasometría arterial. Exploración del aparato cardiocirculatorio: otro de los principales aparatos que se afectan en el caballo de deporte teniendo como consecuencia inmediata una disminución del rendimiento atlético.
En cuanto a los métodos de exploración realizaremos:
• inspección: observar presencia de edemas en región submandibular, subesternal y en territorios distales de las extremidades, observar coloración y brillo de mucosas, tiempo de relleno capilar.
• palpación: observaremos si hay distensión venosa periférica, calidad y ritmo del pulso arterial, existencia de pulso yugular.
• auscultación: muy útil pues una buena auscultación puede detectar la mayoría de anomalías cardíacas, determinaremos en primer lugar la frecuencia cardíaca y posteriormente cualquier anomalía del ritmo, deberemos también detectar la presencia de soplos, y caracterizarlos en cuanto a intensidad, fase del ciclo cardíaco en que se produce y localización. En cuanto a las pruebas complementarias: • Electrocardiografía: uno de los principales métodos de exploración cardíaca, constituyendo el elemento diagnóstico más valioso para la detección de arritmias. Siempre que se detecte una arritmia mediante auscultación deberemos realizar el electrocardiograma para detectar la naturaleza exacta de la misma. • Ecocardiografía: nos permite poner de manifiesto la existencia de alteraciones tanto morfológicas como funcionales.


Examen neurológico: puede ser también una causa de pérdida del rendimiento, deberemos evaluar los pares craneales, la sensibilidad, la propiocepción del animal, etc.
Hemograma y Bioquímica sanguínea: deberemos evaluar siempre el hemograna y hacer una bioquímica sanguínea evaluando urea, creatinina, enzimas musculares y hepáticas principalmente para ver si se encuentran en valores normales.

Examen físico durante el ejercicio o posterior a éste:
Examen de cojeras (aparato músculoesquelético):
Los problemas
musculoesqueléticos son una causa importante de la reducción del rendimiento y por tanto es esencial realizar un examen exhaustivo de cojeras, ya que es la principal alteración de éste aparato. El diagnóstico de cojeras exige una investigación cuidadosa y sistemática para definir exactamente la localización y causa de la cojera. Empezaremos por una anamnesis exhaustiva, pero hay que tener en cuenta que hay algunas cojeras sutiles que no pueden ser detectadas por el propietario o entrenador, así como cojeras de las extremidades posteriores y problemas del dorso.
Posteriormente será necesario
un examen del animal tanto estático como dinámico.

Examen estático de cojeras:
Inspección: debe contemplar una inspección general del animal en la estación, en el que analizaremos la conformación y aplomos de los miembros, y de la región del dorso. Deberemos identificar inflamaciones, anomalías de la silueta, deformidades, anomalías posturales y defectos de aplomos. Hay que observar al animal tanto de cerca como de lejos.
Palpación: deberemos considerar cada región por separado, evaluando alteraciones como aumentos de tamaño, de temperatura, endurecimiento, presencia de líquido, dolor. Seguiremos un orden distoproximal de la extremidad, comenzando por un examen del casco, herradura y tipo de herrado, zonas de desgaste, e iremos subiendo hacia menudillo, caña, articulaciones. También utilizaremos las pinzas de presión para el casco para ver si hay dolor. A continuación será importante considerar las regiones del dorso y lomos, observando la región de la cruz, las regiones vertebrales del tórax y lumbar, en las que observaremos la posible existencia de dolor u otros signos inflamatorios o atrofias que nos puedan hacer sospechar de esta zona.

Examen dinámico de cojeras:
Este examen consiste en observar al animal en movimiento, siempre deberemos
observar al caballo frontalmente, por detrás y lateralmente. Empezaremos por el paso, en línea recta y en círculo, y a poder ser tanto en suelo duro como blando, lo mismo haremos al trote, un aire en que se suelen manifestar de forma más ostensible la mayoría de las cojeras. Dado que las cojeras que ocasionan disminución del rendimiento suelen ser muy sutiles, será necesario observar al caballo también al galope con y sin jinete, e incluso después de trabajar unos 15 o 30 minutos con el caballo por si sólo se muestra tras el ejercicio.
Nos fijaremos atentamente en la simetría o asimetría con la que se desplazan los cuatro miembros, ver si la cojera se pronuncia en relación con un miembro concreto y si existe algún tipo de dolor asociado con los giros a la derecha o a la izquierda. Conviene observar la amplitud con que se produce el desplazamiento de cada uno de los miembros, si se desplazan por el plano correcto y natural, o si por el contrario se desplazan claramente hacia fuera o hacia dentro. La altura del arco descrito por el movimiento del casco también es importante de cara al diagnóstico de algunas cojeras de elevación.

Pruebas complementarias:
Pruebas de flexión articular: consiste en detectar dolor en las articulaciones afectadas, flexionando la articulación sospechosa durante un minuto aproximadamente y haciendo seguidamente trotar al animal para ver si se intensifica la cojera.
Anestesias diagnósticas: sirven para detectar también el origen del dolor, valora la desaparición total o parcial de la cojera tras la anestesia, pero sólo será útil en los casos en que se haya detectado una cojera evidente que nos permita establecer una diferencia entre el antes y el después de la anestesia.
Hay diferentes tipos: infiltración perineural, bloqueo en anillo, o anestesias intrasinoviales.
Radiografía: es un buen método para el diagnóstico de cojeras ya que evidencia lesiones osteoarticulares con gran precisión. Sin embargo, hay que tener en cuenta que siempre se debe hacer una buena exploración previa, ya que la radografía puede mostrar lesiones antiguas que no se correspondan con la causa de la cojera actual.
Ecografía: método imprescindible para detectar cojeras consecuentes a lesiones de tejidos blandos.
En el caso de existir un movimiento anormal, y no detectarse problemas relacionados con las articulaciones, tendones o ligamentos, habría que considerar la posible existencia de alteraciones neurológicas, neuromusculares o musculares. En caballos con problemas musculares subclínicos, se observarán signos vagos de dolor muscular y agarrotamiento, apareciendo valores elevados de las enzimas CPK y AST en plasma. Aunque la elevación de estas enzimas puede indicarnos la presencia de miopatías, no son evidencia absoluta, ya que esta puede ocurrir fisiológicamente en caballos tras el ejercicio. Sin embargo, si los signos clínicos sugieren miopatía y las enzimas están elevadas, habrá que considerar el diagnóstico de miopatía asociada al ejercicio.
Examen respiratorio:
• Inspección durante el ejercicio y auscultación tras éste: dependiendo de la gravedad del problema, el caballo manifestará ruidos respiratorios con un ejercicio de ligero a moderado, como ronquido laríngeo (signo hemiplejia laríngea) u otros ruidos.
• Endoscopia durante el ejercicio: será necesario realizarla en el caso de que no se evidencie el problema con la endoscopia en reposo generalmente en problemas de laringe, epiglotis o paladar blando. Para ello se requerirá una cinta rodante o Treadmill.

Examen cardíaco tras ejercicio: lo realizaremos mediante electrocardiografía para observar si han desaparecido arritmias o si se han producidos o acentuado las alteraciones del trazado electrocardiográfico. También utilizaremos la ecocardiografía para ver alteraciones del movimiento de las válvulas, contracción de los ventrículos, etc.; el uso del doppler color sería muy útil para diagnosticar alteraciones del flujo de la circulación sanguínea.
Hemograma y Bioquímica sanguínea: es conveniente evaluar el hemograma postejercicio en el que se evidenciará un aumento de los glóbulos rojos y valor hematocrito por esplenocontracción, aumento del lactato en plasma, de enzimas
musculares, etc… valorando la evolución fisiológica normal de éstos parámetros durante el ejercicio.
Test de Ejercicio: Todo el examen durante o tras el ejercicio se puede hacer de forma programada mediante la realización de Test de ejercicio de distintas intensidades para tratar de detectar a que intensidad de esfuerzo del caballo aparece el problema.
ENFERMEDADES MÁS FRECUENTES Y MODO DE ACTUACIÓN CON LOS ANIMALES.

A) ANIMALES QUE NUNCA HAN TENIDO UN BUEN RENDIMIENTO.
- Suelen ser animales jóvenes, de 2-3 años de edad, y por tanto, al inicio de su carrera deportiva.
Hay dos tipos:
1. Animales que presentan una anomalía congénita:
Alteraciones Cardíacas
Alteraciones Respiratorias (anormalidades en fosas nasales, faringe, paladar, laringe, etc…)
2. Animales que han adquirido el problema durante su crecimiento y desarrollo:
Enfermedades graves previas que hayan dejado secuelas (neumonías,etc…)
Desequilibrios nutricionales (alteraciones óseas que den lugar a cojeras, estados
de subnutrición durante el desarrollo).
¿Qué hacer con estos animales?
• Retirarlos de la vida deportiva, pues no son aptos para hacer ejercicio y mucho
menos para competir, pero sí lo pueden ser para recreo, es decir, caballos de paseo. Si tienen alteraciones congénitas no se deben utilizar como reproductores,
pero si son adquiridas sí podremos dejarlos.
• Si no encontramos ninguna irregularidad que justifique el problema, debemos
evaluar el manejo y el programa de entrenamiento, para ello se debe revisar absolutamente todo el manejo y en cuanto al entrenamiento sería conveniente
llevarlos a centros especializados.
B) ANIMALES QUE EN EL PASADO MOSTRABAN UN BUEN RENDIMIENTO ATLÉTICO.

- Suelen ser más fáciles de evaluar, y destacamos las siguientes enfermedades:
1.- Alteraciones musculoesqueléticas o locomotoras: - cojeras, síndrome del navicular, osteítis podal, esparaván - miopatías (rabdomiolisis)
2.- Alteraciones respiratorias -Vias altas: hemiplejía laríngea, atrapamiento epiglótico, desplazamiento dorsal del paladar blando, condritis del aritenoides, tumores.
-Vias bajas:Hemorragía pulmonar inducida por el ejercicio (HPIE), pleuritis,
neumonías.
3.- Alteraciones cardiacas:
Fibrilación auricular, Extrasístole auricular, Extrasístole ventricular, Taquicardía ventricular…
4.- Otras:
Disfunciones endocrinas y metabólicas, desequilibrios electrolíticos, infecciones,
parasitosis.
¿Qué hacer con estos animales?
• Retirarlos de la competición hasta diagnosticar el problema y tratarlo hasta que se solucione.
• Examen físico en reposo, y en movimiento, con periodicidad en el tiempo para ver mejorías o empeoramientos de los tratamientos.
• Realización de Test de ejercicio en cinta rodante previos a la vuelta a la actividad
deportiva para evaluar el estado de forma del animal, ya que antes de que vuelva
a su actividad anterior deberá entrenarse e ir realizando ejercicio paulatinamente
y de forma gradual hasta recuperar el nivel que tenía previo a la disminución del
rendimiento sufrida.
Saludos de Gabriel.

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