Esta mañana mis pasos se han encaminado hacia la Vereda del Rayo ó Camino de Sevilla, vereda que ha cambiado de itinerario por motivos de las expansiones urbanísticas, las ciudades se extienden y las veredas y vías pecuarias cambian de rumbo y muchas hasta desaparecen.
La historia de hoy viene a cuento por la imposibilidad física de pasar por la subida más bonita que se podía encontrar en todas las vías pecuarias de la provincia de Sevilla.
Es una subida de unos trescientos metros, desde el arroyo de las culebras hasta las puertas de la Hacienda Torre de Doña María. Es un camino bordeado de acacias centenarias, acantos y monte propio mediterráneo.
Por mor de la desidia de quien corresponda, el camino se ha emboscado, las acacias no se limpian y estas colonizan toda la calzada. Las aguas corren por el camino y los desniveles son tremendos, así que imposible entrar por el antiguo y bonito camino.
El paso por la Hacienda Torre de Doña María es una delicia, sus vistas magnificas y desde el Rey Pedro I de Castilla que la mandó construir para su "esposa" Dª María Padilla en el Siglo XII en los restos árabes de una alquería propiedad de Ibn Jaldun del siglo IX, y que consta de una torre militar construida después de la reconquista de Sevilla, hasta la actualidad que es propiedad de la familia Ybarra.
Fue restaurada en 1929 por el arquitecto José Gutierrez Lescura.
En la puerta existe un Zapote, que es un árbol americano y según la tradición fue plantado por D. Diego de Colon, hijo del Almirante descubridor del Nuevo Mundo, y que dicen tiene cerca de 400 años. También tiene una palmera con cinco troncos.
La vereda del Rayo, al pasar por el arroyo de las culebras, ha sido desviado por un túnel bajo la circunvalación de Dos Hermanas y otro túnel para el arroyo.
Al pasar este arroyo es donde empiezan los problemas de la vereda y hay que salirse de ella para entrar en un olivar y por este llegar a las puertas de la Hacienda.
El próximo dilema de la vereda, nos lo encontramos a pocos metros de la Hacienda, ya que la SE-40, la vuelve a cruzar, no se como solucionaran este paso que ya es más difícil.
La verdad es que los entrenamientos de la resistencia ecuestre, se están poniendo complicados, por lo menos en mis territorios, ya que hay que repetir itinerarios para completar los kilómetros propios de la especialidad, y a los caballos no les gusta volver a andar los caminos que no les llevan a la cuadra, no poniendo el mismo interés que si no fueran repetidos.Los acantos de la vereda están en plena floración y con sus hojas grandes y verdes dan todo un espectáculo de colorido.
Hay que salvar este trozo de vereda, bien la propiedad actual, que se dedica a eventos lúdicos, y seria una muy buena propaganda para el negocio, bien la administración a la que correspondan estas labores de desbroce, pero el caso es que si no salvamos un bien publico, estamos perdiendo parte de nuestros recuerdos y nuestro patrimonio forestal.
Es una subida de unos trescientos metros, desde el arroyo de las culebras hasta las puertas de la Hacienda Torre de Doña María. Es un camino bordeado de acacias centenarias, acantos y monte propio mediterráneo.
Por mor de la desidia de quien corresponda, el camino se ha emboscado, las acacias no se limpian y estas colonizan toda la calzada. Las aguas corren por el camino y los desniveles son tremendos, así que imposible entrar por el antiguo y bonito camino.
El paso por la Hacienda Torre de Doña María es una delicia, sus vistas magnificas y desde el Rey Pedro I de Castilla que la mandó construir para su "esposa" Dª María Padilla en el Siglo XII en los restos árabes de una alquería propiedad de Ibn Jaldun del siglo IX, y que consta de una torre militar construida después de la reconquista de Sevilla, hasta la actualidad que es propiedad de la familia Ybarra.
Fue restaurada en 1929 por el arquitecto José Gutierrez Lescura.
En la puerta existe un Zapote, que es un árbol americano y según la tradición fue plantado por D. Diego de Colon, hijo del Almirante descubridor del Nuevo Mundo, y que dicen tiene cerca de 400 años. También tiene una palmera con cinco troncos.
La vereda del Rayo, al pasar por el arroyo de las culebras, ha sido desviado por un túnel bajo la circunvalación de Dos Hermanas y otro túnel para el arroyo.
Al pasar este arroyo es donde empiezan los problemas de la vereda y hay que salirse de ella para entrar en un olivar y por este llegar a las puertas de la Hacienda.
El próximo dilema de la vereda, nos lo encontramos a pocos metros de la Hacienda, ya que la SE-40, la vuelve a cruzar, no se como solucionaran este paso que ya es más difícil.
La verdad es que los entrenamientos de la resistencia ecuestre, se están poniendo complicados, por lo menos en mis territorios, ya que hay que repetir itinerarios para completar los kilómetros propios de la especialidad, y a los caballos no les gusta volver a andar los caminos que no les llevan a la cuadra, no poniendo el mismo interés que si no fueran repetidos.Los acantos de la vereda están en plena floración y con sus hojas grandes y verdes dan todo un espectáculo de colorido.
Hay que salvar este trozo de vereda, bien la propiedad actual, que se dedica a eventos lúdicos, y seria una muy buena propaganda para el negocio, bien la administración a la que correspondan estas labores de desbroce, pero el caso es que si no salvamos un bien publico, estamos perdiendo parte de nuestros recuerdos y nuestro patrimonio forestal.
Esta portada de la Hacienda Torre de Doña Maria, se encuentra en la actualidad, en medio de los futuros carriles de la SE-40 ¿que será de ella?.
Saludos de Gabriel.
Saludos de Gabriel.
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