Ayer fue un día de operaciones, quirófano campero, no de mis quirófanos profesionales, día caluroso y agitado por eso de lo que nos pasaría ó nos encontraríamos con esta intervención.
Pero una vez que llegó nuestro amigo Jerónimo Egea, con su bien acondicionado vehículo clinica movil, y exploró a Ventolera, se disiparon las dudas del diagnostico.
No era un pólipo nasal, como yo creía que podía ser, era un colgajo antiguo de parte del ollar izquierdo, seguramente un enganchon con algún hierro, que le desgarró parte del interior del ollar de potra y que cicatrizo por segunda intención, quedando un colgajo pediculado que le hacia de válvula en la luz del conducto nasal.
Anestesiada adecuadamente y con un refuerzo de anestesia local en el pedículo del colgajo, se extirpo sin ningún problema, con hemostasia por compresión en la zona y solucionado el problema.
Con una dieta absoluta hasta que se le pasara la anestesia, le cerramos el acceso a la dosificadora de pienso y por la tarde volvimos a revisarla y sin ningún problema, alegre y deseando entrar para comerse su pienso.
Jero ha hecho un buen trabajo, rápido y eficaz, con espectadores de su intervención, como mis jóvenes Azahara y Alexi, que no se perdieron detalle de la intervención, tanto es así, que por la tarde estaban esperándome para bajar a "curar a Ventolera".
Gracias a Jero por su trabajo y que coseche muchos éxitos en su aventura de trabajo en el Bajo Guadalquivir.
Saludos de Gabriel.
No era un pólipo nasal, como yo creía que podía ser, era un colgajo antiguo de parte del ollar izquierdo, seguramente un enganchon con algún hierro, que le desgarró parte del interior del ollar de potra y que cicatrizo por segunda intención, quedando un colgajo pediculado que le hacia de válvula en la luz del conducto nasal.
Anestesiada adecuadamente y con un refuerzo de anestesia local en el pedículo del colgajo, se extirpo sin ningún problema, con hemostasia por compresión en la zona y solucionado el problema.
Con una dieta absoluta hasta que se le pasara la anestesia, le cerramos el acceso a la dosificadora de pienso y por la tarde volvimos a revisarla y sin ningún problema, alegre y deseando entrar para comerse su pienso.
Jero ha hecho un buen trabajo, rápido y eficaz, con espectadores de su intervención, como mis jóvenes Azahara y Alexi, que no se perdieron detalle de la intervención, tanto es así, que por la tarde estaban esperándome para bajar a "curar a Ventolera".
Gracias a Jero por su trabajo y que coseche muchos éxitos en su aventura de trabajo en el Bajo Guadalquivir.
Saludos de Gabriel.
Me alegro de que todo haya ido bien, Jeros es un fenómeno, un abrazo de Paco Requena.
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