Cuarta Semana de Doma
Como teníamos previsto,
el lunes llegamos al picadero y después de la limpieza y de dar cuerda, me
monto en la yegua en el box, como todos los días anteriores no hace ningún
extraño y salimos montado hacia el picadero de fuera, del diestro de Nico, la
yegua camina sin problemas, no hace ningún extraño y así continuamos dando unas
vueltas al picadero exterior, al paso, un paso inseguro, pero siempre hacia
delante sin paradas extrañas y sin
botarse, damos las vueltas a las dos
manos.
Después de las vueltas,
y para no agobiarla el primer día, volvemos al box y después de acariciarla
desmonto y hasta mañana que seguiríamos con la monta.
Pero ese segundo día no
llegaría, esta semana la hemos perdido por culpa de los amores de un semental.
A la “niña” de la
cuadra le han dado un buen susto, un compañero de picadero, caballo entero que no semental,
se escapa por debajo de la media puerta superior del box, y en un santiamén
se abalanza sobre Hacedora y le deja dos buenas heridas en la base del cuello,
casi en la cruz. Todo esto son deducciones lógicas, sacadas de las medias
palabras de los responsables del picadero, que muy apesadumbrados no se
explican de la escapada del caballo.
Este accidente nos ha
cortado la doma de Hacedora, ya que después del accidente, se encuentra
nerviosa y desconfiada, las curas no ayudan, pero poco a poco y con muchas
caricias y no causándole dolor, ya está más tranquila.
Como a todo accidente
hay que buscarle alguna enseñanza, pues vamos a intentar buscarla en este
ataque a la yegua.
Los caballos enteros
(no capados), tienen que tener un trato especial, ya que son imprevisibles, no
se les puede dejar un solo resquicio por donde puedan salir, no se podía imaginar,
el dueño del caballo, que se podía salir por donde dicen que salió, caballo
grande y que al pasar se pudo hacer mucho daño, pero los amores de una bonita
yegua, le fue más fuerte que el preocuparse por su físico.
A los cerrojos de los
boxes hay que ponerles un seguro, para que los caballos aburridos no aprendan
como abrirlo, un candado es una buena medida de seguridad.
Un caballo viejo de las
cuadras, se escapaba todas la noches y se entretenía en abrir los cerrojos de
otros caballos, una noche también le
toco salir de parranda a la yegua, lo que le costó un rasponazo en la grupa.
Poco a poco iremos
consiguiendo mejoras en la seguridad de los caballos.
Esta semana de doma, se
ha trucado, pero esperemos que la próxima sea más provechosa y más didáctica en
cuanto a la doma.
Saludos de Gabriel.
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