Hoy hemos empezado la nueva temporada de entrenamiento, aunque todavía hace calor por estas tierras sevillanas, pero no puede estar más tiempo de descanso la yegua.
Las labores del regreso a la normalidad en la ciudad me ha impedido acudir a la cuadra a una hora temprana, así que cuando he acabado con las labores de abuelo y asistente de la niña, rápidamente he ido a la cuadra a montar un rato, para ir poco a poco con la carga de trabajo, ya que la yegua, por una causa o por otra lleva meses sin trabajar de verdad, así que cuando llego a la cuadra, entre limpiar, ensillar y salir, ya la calor pega con fuerza.
Y aquí viene el recordatorio de un articulo ya publicado, pero que hoy al estar por el campo y "la calo", he ido recordando.
Mi padre, hombre de campo y caballista, siempre que salíamos al campo nos enseñaba algunas de sus muchas experiencias, y esta que quiero recordar era una de ella.
Cuando caminabamos por la sierra montados a caballo, siempre era verano, ya que era cuando teníamos tiempo de montar, ya que durante el curso había que clavar los codos con los estudios. Pues cuando le dábamos la carga con la sed y no llevábamos agua en las alforjas, nos decía que nos metiéramos una aceituna en la boca y veríamos como se nos quitaba la sed. Efectivamente es un remedio inmediato, ya que la boca empieza a salivar y tanto la boca como la garganta recuperan su buen tono y se alivia la sed.
En este mecanismo de quitar la sed ó aliviarnos las molestias de sequedad de la boca y garganta, no solo se puede usar una aceituna pequeña, también podemos chupar una acebuchina (es el fruto del acebuche), o un fruto del almez, que es una semilla pequeña y si no tenemos ningún fruto a mano, podemos coger un pequeño guijarro de cualquier barranco, que aunque seco, siempre se puede encontrar para que nos alivie la sed.
Espero que esta enseñanza y recordatorio de un articulo anterior, os sirva, como a mi me ha servido hoy, para aliviar la sed y refrescar la boca.
Saludos de Gabriel.
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