miércoles, 21 de abril de 2010

La Jamuga y Una Anecdota en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche (Zufre).




Durante el V Kaliber-Andalucia, las charlas siempre discurren por los senderos de los caballos, todo el día entre amigos y aficionados al mundo ecuestre.
 
En una de las charlas, salio la forma de montar de las mujeres mayores o con algún problema físico, y algunos no conocían la JAMUGA, tipo de silla que se coloca sobre un aparejo o alvardoncillo, bien atada con cordeles a estos, y así viajaban por terrenos no aptos para los vehículos a motor, seguras y recogidas.
 
Espero que esto os sirva para recordar como viajaban nuestras mayores por esos campos, siempre se llevaba al caballo o mulo portador de la jamuga de reata.

Y recordando una anécdota que nos paso con  la Jamuga, ocurrió en Zufre, dentro del actual parque Natural de Aracena y los Picos de Aroche. 

Teníamos que recoger a nuestra tita Mª Luisa, en Valdeflores, que es una aldea de la provincia de Sevilla, lindando con la de Huelva, hasta donde llegaba el "Saure", es decir, el autobús que la trasladaba desde Sevilla hasta esta aldea, ya que era el punto más cercano al Baquerizo, finca donde en esos días nos encontrábamos pasando las vacaciones. 

Recogimos a nuestra tita viajera y como era un poquito gruesa, pero muy animosa, la montamos en su jamuga camino del cortijo, pero durante el recorrido se nos hizo de noche y todo el grupo de caballos y el mulo de la jamuga caminabamos por los caminos de herradura hasta que al pasar por una gran candela que tenían hecha unos bolicheros, (trabajadores del carbón, que en sus boliches transforman la poda de las encina, en un buen carbón), nos deslumbramos y perdimos el camino correcto, así que durante un tiempo estuvimos perdidos en el monte, y la mula de la jamuga se metió  bajo  las bajeras de una encina y el vestido de nuestra tita sufrió la tijera de la encina con un buen corte, haciéndole un gran escote trasero.

La mula se llevaba de reata, pero al no caminar por los caminos apropiados, sufrimos este accidente,  ante las risas de los niños que caminabamos cada uno en nuestro caballo. 

Como siempre, mi padre tubo que poner orden, y le dijo a uno de mis hermanos "sueltale las riendas a la jaca chica que ella nos llevara al buen camino".  Dicho y  hecho, rápidamente esta buena jaca encontró el camino que nos llevo al cortijo sin ningún problema añadido.

Los caballos tienen un buen sentido de la orientación, tanto de día como en la noche, nosotros en medio de la falda del monte veíamos las pocas luces del cortijo (luces de carburo), pero perdidos sin encontrar lo que la jaca rápidamente encontró.

Final feliz a un traslado en Jamuga por los montes serranos del Baquerizo en Zufre.
Saludos de Gabriel
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1 comentario:

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    Tomás Mateo Cubero: Gabriel, en mi casa tenemos dos jamugas,y una de ellas,es regalo de una familia de Zufre precisamente.

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